¿Cuáles son los desafíos legales del metaverso? ¿Se aplicarán las leyes del mundo real a este mundo digital? ¿Deberán los gobiernos y organismos nacionales e internacionales modificar las leyes existentes o crear nuevas normas para que el metaverso no se convierta en un «mundo» sin ley? A lo largo de este artículo trataremos de dar respuesta a estas preguntas.

¿Qué es el metaverso?

Primero, comencemos por explicar qué es el metaverso. Se trata de un mundo digital inmersivo, en el que los usuarios, a través del uso de avatares y diferentes tecnologías convergentes (visores de realidad virtual, prendas hápticas, conexión a Internet, etc.), podrán realizar todo tipo de actividades y acciones, como trabajar, estudiar, disfrutar de diferentes actividades de ocio (ir al cine, viajar, salir de fiesta…), interactuar con otros usuarios, etc., todo ello dentro de un entorno completamente virtual, pero que deberá sentirse como el mundo real.

El metaverso, aunque parece que se haya puesto de moda ahora con diferentes empresas apostando por su desarrollo (como Meta, Microsoft, Sony, Nvidia, Disney, etc.), es un concepto que apareció por primera vez en la obra de ciencia ficción de 1992 Snow Crash, de Neal Stephenson. En esta obra, las personas interactuaban en un mundo virtual 3D representados por sus avatares.

Si avanzamos un poco en el tiempo, hasta 2013, podemos empezar a hablar de metaversos en 2D, como lo fue en su momento Second Life, un videojuego donde podíamos «vivir» una vida virtual. Metaversos son también muchos juegos online del tipo rol, donde los jugadores pueden «vivir» vidas alternativas en mundos digitales.

Ya en 2020 tenemos Decentreland, una plataforma de realidad virtual descentralizada (es decir, sin control de ningún tipo de organización humana, sino a través de organizaciones autónomas descentralizadas o DAO) en la que se pueden comprar parcelas de tierra (virtual), construir en ellas y monetizarlas.

Aunque la realidad virtual actual ya ha conseguido sumergir a sus usuarios en entornos 3D interactivos, todavía estamos lejos de la propuesta de Meta y otras compañías para sus metaversos (aún no podemos sentir o interactuar libremente en un mundo digital alternativo). Sin embargo, el desarrollo de las nuevas tecnologías que los harán posibles, sigue avanzando y puede que a medio-largo plazo comencemos a vivir a caballo entre la realidad y el mundo virtual de uno o varios metaversos.

8 desafíos legales que plantea el metaverso

Como ha ocurrido con diferentes aspectos de Internet, el desarrollo del metaverso y las acciones que en él podremos llevar a cabo, así como el cómo interactuaremos con el entorno y el resto de usuarios y lo que allí podremos crear, exponer, compartir e incluso comercializar, plantea una serie de desafíos legales que debemos conocer.

Identidad digital

La identidad digital no es un concepto nuevo, aunque ahora cuando hablamos de ella nos referimos a la identidad que construimos al hacer uso de Internet (qué sitios visitamos, en qué redes sociales o foros publicamos o interactuamos, qué compramos, qué publicaciones hacemos, dónde estamos suscritos, etc.). La identidad digital en el metaverso será eso y más.

A través de nuestro avatar personal exploraremos e interactuaremos en el metaverso y sus usuarios, nuestra persona virtual tendrá una imagen y unos derechos que será necesario proteger, de la misma forma que protegemos el derecho a la imagen y la privacidad en el mundo real. Por ejemplo, ¿podrán terceros usar nuestro avatar o su imagen? O ¿cómo se marcarán los límites para el uso de nuestra imagen digital?

Una de las posibles soluciones que se plantea para la protección de la identidad digital y evitar los riesgos de la huella digital en Internet, es la denominada identidad digital soberana (que otorga a los usuarios control absoluto sobre sus datos, empleando para ello tecnología blockchain).

Protección de datos y privacidad

En línea con el punto anterior, la interacción con el metaverso generará muchos más datos de los que ahora se generan, incluidos datos personales. Así, la protección de datos y de la privacidad digital es también un reto legal que gobiernos y organismos reguladores nacionales e internacionales tienen que comenzar a prever y afrontar.

Entornos digitales descentralizados como el metaverso harán que sea más difícil aplicar leyes como la ley de protección de datos personales, puesto que habrá que establecer quiénes son los responsables del tratamiento de datos y las obligaciones derivadas de ello. Además, es posible que sea necesario crear nuevas formas para recabar el consentimiento de los usuarios o para informarles sobre los riesgos para su privacidad.

No podemos olvidar que para que el metaverso sea completamente inmersivo, se usarán dispositivos con sensores de todo tipo que recogerán datos de todo tipo de los usuarios, incluidos datos especialmente protegidos, como pueden ser los biométricos (esto es algo que ya ha comenzado a ocurrir con las gafas de realidad virtual y que crecerá exponencialmente con el desarrollo de este tipo de tecnología y las tecnologías hápticas).

Derechos digitales

Aunque el metaverso o metaversos sean mundos digitales aparte del mundo real, uno de los objetivos de sus creadores es que se pueda operar indistintamente en un mundo y en otro, es decir, que lo que hagamos en el metaverso tenga reflejo en la realidad y viceversa (por ejemplo, si voy de compras en el metaverso, recibiré los artículos adquiridos en el mundo real, siempre que estos sean físicos).

Por lo tanto, en estos metaversos también deberían respetarse los derechos de los usuarios. Nuevamente, la descentralización puede suponer un reto en este aspecto, aun cuando existen leyes como la Ley Orgánica 3/2018, que ya incluye la protección de una serie de derechos digitales de las personas. Sin embargo, este tipo de legislaciones podrían quedarse cortas aplicadas en el metaverso.

En ese sentido, la Declaración de principios y derechos para guiar la transformación digital en la UE o la Carta de Derechos Digitales de España, pueden servir como marco de referencia para crear y desarrollar normativas para el respeto y protección de los derechos fundamentales de las personas dentro de estos entornos digitales.

Los metaversos, descentralizados o no, no deberían ser lugares al margen de las leyes nacionales e internacionales, especialmente en lo que a derechos se refiere.

Leyes y gobierno

Siguiendo con lo anterior, ¿quién gobernará en el metaverso?, ¿quién creará sus leyes? ¿Serán las grandes corporaciones tecnológicas?, ¿tendrán los gobiernos nacionales un reflejo en el metaverso?, ¿se aplicarán las mismas leyes que en el mundo real?, ¿será necesario crear nuevas leyes?, ¿o bastará con hacer cumplir las ya existentes, trasladándolas al mundo digital?

Internet y, especialmente, las redes sociales ya han puesto de manifiesto algunos de los problemas que podrían trasladarse al metaverso y en los que las leyes actuales a veces parecen quedar limitadas por elementos como el anonimato.

Metaverso

Criptomonedas y criptoactivos ¿Cómo pagar en el metaverso?

La economía es otro de los desafíos que plantea el metaverso, especialmente porque, más allá de poder usar dinero real en las transacciones que realicemos en él, también se podrán usar criptomonedas y otros criptoactivos como forma de pago, dos elementos para los que todavía no existe ningún tipo de legislación (el reglamento MiCA de la UE, con el que se quieren regular los criptoactivos, todavía está en fase de propuesta).

Las criptomonedas y criptoactivos son formas de pago que escapan actualmente al control de los gobiernos y los problemas que ya plantean en el mundo real, se trasladarán al metaverso, si antes no se legisla sobre su uso y control.

Propiedad intelectual y propiedad industrial

La propiedad industrial y los derechos de autor también supondrán un desafío para la protección de las marcas y creaciones dentro del metaverso, especialmente cuando hablamos de creaciones colaborativas y en el establecimiento de la autoría y, por tanto, de la propiedad intelectual.

Ya hemos empezado a ver los primeros problemas con los NFT y los derechos de autor; supuestamente los NFT deberían reforzar los derechos del autor sobre sus creaciones digitales, sin embargo, no son pocos los casos de arte digital robado, convertido en NFT y comercializado por terceros sin la autorización de los autores originales. Es de esperar que en el metaverso este problema pueda extenderse, lo que hace necesario, como ya mencionamos con las criptomonedas, crear una legislación que regule los NFT.

IA

Se espera que diferentes sistemas de inteligencia artificial (IA) operen y tengan presencia en el metaverso, lo que hace necesario normas como la propuesta de Reglamento sobre IA de la UE, para proteger a las personas frente a determinados usos y abusos de los sistemas de IA.

Evidentemente, no hablamos de la singularidad y de sistemas de IA conscientes y autónomos (estos, de momento, se los dejamos a la ciencia ficción), sino del uso de los sistemas de IA para la toma de decisiones automatizadas que puedan afectar a los derechos y libertades de los usuarios, no solo en el propio metaverso, sino fuera de este también.

El peligro del monopolio

Si solo unas pocas empresas tecnológicas tienen los medios y la capacidad para crear metaversos, se corre el peligro de que se creen monopolios u oligopolios donde las empresas dictarán las normas y términos, los derechos y límites, los servicios y condiciones dentro de su metaverso, con el peligro de ser ajenos a las leyes del mundo real que protegen a los usuarios y los consumidores.

Los metaversos serán espacios públicos, como lo son ahora las redes sociales, pero sujetos a un gobierno privado, el de la empresa que lo haya creado. Este hecho hace necesario que los gobiernos y organismos internacionales se impliquen en el metaverso y en el traslado y aplicación de las leyes del mundo real al mundo digital. En muchos casos, no será más que extender leyes ya existentes al metaverso (es decir, aquello que es ilegal en el mundo real, debería serlo también en el digital).

Conclusiones

Como hemos visto, los desafíos legales del metaverso son variados, pero podemos circunscribirlos a la protección de los derechos y libertades de las personas, especialmente si entre metaverso y mundo real solo se crea una línea difuminada, donde acciones en uno y otro lado puedan verse reflejadas. Los metaversos no deberían convertirse en lugares sin ley o con una ley marcada por la empresa que los controla, los gobiernos y organismos internacionales también deberían preocuparse por el cumplimiento de las leyes vigentes en ellos y modificar y crear nuevas normas surgidas de los retos que los mundos digitales plantean.

Escribe aquí tu comentario

Deja un comentario

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la política de privacidad y los términos de servicio de Google.

Las siguientes reglas del RGPD deben leerse y aceptarse:
Este formulario recopila tu nombre, correo electrónico y contenido para que podamos realizar un seguimiento de los comentarios dejados en la web. Para más información revisa nuestra política de privacidad, donde encontrarás más información sobre dónde, cómo y por qué almacenamos tus datos.