En Ayuda Ley y Protección de Datos os hemos explicado qué es una patente y una marca, cómo registrarlas en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y otros aspectos relacionados, sin embargo, todavía no habíamos hablado de tratamientos de las patentes en contabilidad; ¿las patentes van al activo o al pasivo? En esta entrada daremos respuesta a esta pregunta y explicaremos cómo se deben tratar las patentes y marcas en contabilidad.

Contabilidad de patentes

Las Patentes en contabilidad

Las patentes que una empresa registra, ya sean las de un producto nuevo, una nueva tecnología, o un nuevo servicio o un nuevo procedimiento, son un recurso de la empresa, no solo capaz de generar ingresos futuros, sino también para impedir que durante los 20 años de vigencia de la patente, nadie más pueda explotarla con fines económicos. Es decir, la empresa dueña de la patente tiene el control absoluto sobre.

Además, las patentes pueden ser creadas dentro de la empresa, siendo por tanto una inversión y un gasto durante su desarrollo, sino que también pueden ser adquiridas a sus creadores.

Por todo esto, las patentes deben tener un tratamiento contable que las refleje en el balance de la empresa. Ahora bien, la Ley de Patentes no recoge en su articulado qué tratamiento contable debemos darle a las patentes (o las marcas, que comparten el mismo), sino que debemos irnos al Plan General Contable para determinar en qué parte del balance deben inscribirse, ¿las patentes son activo o pasivo?

¿Dónde se registran las patentes en el balance contable?

Cuando una empresa decide registrar una patente, lo hace para proteger su invención, ya sea un servicio, un producto o un procedimiento, del uso de terceros con fines lucrativos. Esto las dota de la categoría de activo dentro de la empresa, pues está controlada por la empresa, puede restringir el acceso a terceras personas a los beneficios resultantes y se espera obtener de las patentes beneficios económicos en el futuro (tal y como se recoge en la NIC 38).

Las patentes son bienes intangibles

Además, las patentes son activos intangibles, ya que como la normativa indica, son «derechos susceptibles de valoración económica, identificables, medibles y con capacidad de aportar beneficios futuros». Por lo tanto, las patentes pertenecen al Grupo 2, Inmovilizado, del Plan General Contable.

Es decir, las patentes son activos inmovilizado intangible, puesto que forman parte de la empresa y son necesarios para el desarrollo de su actividad, además, su pertenencia al patrimonio es superior a un año y no se producen o adquieren para la venta.

El proceso contable para las patentes

La cuenta que debemos usar para contabilizar las patentes es la 203, Propiedad Intelectual, puesto que en esta cuenta en la que se incluyen, entre otras, las patentes de inventos, los certificados de protección de modelos de utilidad pública y las patentes de introducción.

En esta cuenta también se usa para los gastos realizados en investigación y desarrollo cuando los resultados obtenidos de los proyectos sean positivos, es decir, cuando se logren finalizar con éxito y se inscriban en el correspondiente Registro de la Propiedad Industrial.

Así, las patentes pueden tener dos tipos de valoraciones; si la patente se ha producido y desarrollado en la empresa, se tienen en cuente el coste de producción más el coste de desarrollo. Si la patente ha sido adquirida a un tercero, se tienen en cuenta el precio de adquisición, los gastos de registro y aquellos gastos necesarios para su funcionamiento).

En cuanto al cargo y el abono de la cuenta 203, se hace de la siguiente manera:

  • Los movimiento al debe se cargan:
    • Por la adquisición a otras empresas, con abono a las cuentas del subgrupo 57 (Tesorería).
    • Los resultados positivos de investigación y desarrollo, inscritos en registro público, con abono a la cuenta 201 (Desarrollo).
    • Por el coste de inscripción en registro público con abono a las cuentas del subgrupo 57.
  • Los movimientos al haber se abonan:
    • Por la subvenciones y por la baja del activo, con cargo a las cuentas del subgrupo 57 y si hay pérdidas, a la cuenta 670 (Pérdidas procedentes de inmovilizado intangible).

Contabilidad de una idea

La amortización de la patente

Al ser activos, las patentes pueden amortizarse, de manera que reflejemos en el balance de contabilidad la pérdida de su valor durante sus años de vida útil.

Para amortizar la patente lo primero que se debe hacer es estimar la vida económica útil de la misma, es decir, el tiempo que se espera que genere ingresos para la empresa. Aquí hay que tener en cuenta que si bien, la concesión de una patente es de 20 años, su vida útil y capacidad de generar beneficios puede ser inferior. Por lo tanto, se debe establecer ese período de tiempo en base a los años que se espera que genere beneficios (8, 10, 15 años).

También se deben considerar los costes necesarios para la adquisición o de la patente (tasas de solicitud, examen, derechos de concesión, etc.).

Y después elegir la fórmula que se empleará para calcular la amortización. Existen deferentes métodos, pero el más habitual es el método lineal, que establece un importe fijo para cada año de vida de la patente.

La valoración de la patente en la venta o fusión de una compañía

Puesto que hemos dicho que las patentes en contabilidad son activos intangibles, ¿cómo pueden valorarse en un proceso de venta o fusión de la empresa?

Está claro que para empresas eminentemente tecnológicas, sus mayores recursos son los activos intangibles y por tanto se hace necesario poder valorarlos para la negociación de un precio justo en supuesto de venta o fusión.

En lo que a patentes se refiere, la tasación cuantitativa nos servirá para calcular el valor monetario de las mismas. Los métodos que se emplean habitualmente se dividen en tres categorías:

  • Método de coste: Se tienen en cuenta los costes que serían necesarios para desarrollar y patentar una invención similar, dentro o fuera de la empresa (es el que se emplea para la contabilidad de la empresa).
  • Método de mercado: Se comparan los precios alcanzados por las patentes en operaciones recientes. Para emplear este método, es imprescindible que exista un mercado activo, un intercambio comparable de propiedad industrial entre dos partes independientes y suficiente acceso a la información sobre el precio de la operación.
  • Método de ingresos: Se miden los ingresos potenciales que se pueden obtener de una patente. Se calcula el valor actual de la patente sobre la base de una estimación de los ingresos futuros (restando los intereses). Este es el método más usado por la mayoría de empresas.

En cualquier caso, tasar una patente o grupo de patentes de una empresa requiere de asesoramiento profesional.

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