Traducción jurada y traducción jurídica, dos conceptos que suenan muy parecido, tanto, que son muchas las personas que los confunden y piden una traducción jurada, cuando lo que necesitan es una traducción jurídica o viceversa. En las siguientes líneas vamos a ver en qué consiste cada uno de estos tipos de traducción, en qué se diferencian y cuándo debemos recurrir a una u otra.

Traducción jurada y traducción jurídica. Una confusión habitual

Confundir una traducción jurada con una traducción jurídica o viceversa, es una situación mucho más habitual de lo que pudiéramos pensar. Esto se debe a que los términos «jurada» y «jurídica» no solo suenan muy parecido, sino que parecen hacer referencia al mismo ámbito, el judicial o legal.

Sin embargo, aunque en alguna ocasión pueden coincidir en un mismo documento, lo cierto es que la traducción jurada y la traducción jurídica son diferentes y sirven para llevar a cabo distintos tipos de trámites, por lo que debemos saber cuándo recurrir a una u a otra, si no queremos acabar pagando por un servicio que no necesitamos.

Diferencias entre la traducción jurada y la traducción jurídica

Para ver en qué se diferencian la traducción jurada y la traducción jurídica, lo primero que debemos hacer es explicar en qué consisten cada una de ellas, puesto que a partir de esto podremos establecer esas diferencias y tener claro para qué sirve cada una de ellas.

La traducción jurada

Una traducción jurada es aquella traducción realizada de cualquier tipo de documento oficial, mediante la que se acredita y certifica que la traducción realizada del mismo es un fiel reflejo del documento original.

Es un requisito indispensable que la traducción jurada la realice un traductor jurado, es decir, un traductor acreditado por una autoridad competente y reconocida por otros países, que en España es el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

El traductor firma y certifica la traducción jurada de cualquier tipo de documento que el interesado necesite presentar ante un organismo oficial.

La traducción jurídica

Por otro lado, la definición de traducción jurídica, también llamada traducción legal, nos dice que es aquella traducción de cualquier documento privado o público de carácter legal, es decir, documentos que contienen muchos términos y figuras jurídicas, por lo que se hace necesario un traductor especializado en lenguaje jurídico.

Además, este traductor especializado no solo está familiarizado con los términos jurídicos en su propia lengua, sino en aquella a la que traduce, puesto que debe conocer los equivalentes de estos términos en ambos idiomas (o en todos aquellos idiomas que traduzca), para poder realizar una traducción adecuada y ajustada a la legislación del otro país.

¿Cuándo se usa una traducción jurada?

La traducción jurada se usa cuando es necesario presentar documentos oficiales ante organismos administrativos, como pueden ser ministerios, consejerías, ayuntamientos, etc., juzgados o instituciones académicas, entre otros, y que requieren del sello y firma del traductor jurado.

En estas situaciones el documento traducido tiene que equivaler al documento original y la única forma de acreditarlo es a través de la traducción jurada, cuyo original, además, es el que se entrega en el organismo donde deba presentarse la documentación solicitada.

Se puede hacer una traducción jurada de cualquier tipo de documento. Ejemplos de traducción jurada serían expedientes académicos, títulos, certificados médicos, certificados de antecedentes penales, patentes, etc.

¿Para qué se usa una traducción jurídica?

Por su parte, la traducción jurídica sirve para traducir, como hemos dicho, documentos legales, tanto de carácter público como privado. Recurrimos a ella cuando necesitamos que un documento de este tipo sea traducido a otro idioma para garantizar la compresión de todas las condiciones, obligaciones o derechos que figuran en ellos por las partes.

Así, se hacen traducciones jurídicas, por ejemplo, de contratos, demandas, sentencias, acuerdos, escrituras, actas, protocolos internos, poderes notariales, testamentos, estatutos sociales, etc.

Resumen

En resumen, la diferencia entre la traducción jurada y jurídica reside en el trámite para el que se necesita la traducción; la traducción jurada se emplea para acreditar la equivalencia entre el documento original y el traducido ante un organismo que lo haya solicitado y una traducción jurídica se emplea para traducir documentos de carácter legal.

Además, para que una traducción jurada tenga efecto, debe estar sellada y firmada por un traductor jurado. Mientras que la traducción jurídica no es necesario que esté hecha por un traductor jurado, pero sí por un traductor especializado en el ámbito jurídico tanto de su país de origen como en el de los países cuyas lenguas traduce.

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