Como trabajadores, conocer nuestros derechos laborales es fundamental para poder defenderlos ante el empleador y evitar abusos. Esa defensa es más fácil si contamos, además, con la asistencia y el asesoramiento experto de un abogado laboralista.

En este artículo repasamos qué son los derechos laborales y cómo defenderlos.

¿Qué son los derechos laborales?

Los derechos laborales son un conjunto de derechos que reconoce no solo el derecho al trabajo de las personas, sino también el derecho a recibir una contraprestación económica justa por el trabajo realizado y otra serie de garantías relativas a la seguridad en el trabajo, la no discriminación o el descanso, entre otras.

Así, los derechos laborales, de los que emana el derecho laboral y que regulan las relaciones laborales, son fundamentales para garantizar el trato justo de los empleados y evitar posibles abusos por parte de los empleadores.

Los derechos laborales en España están regulados tanto en la Constitución Española como en el Estatuto de los Trabajadores, además de en otras leyes que son de aplicación y los desarrollan, como, por ejemplo, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la Ley de Igualdad o, incluso, la Ley de Protección de Datos y Garantía de derechos digitales (en la que se regula el derecho a la desconexión digital).

¿Cuáles son los derechos laborales de los trabajadores?

El artículo 35 de la Constitución Española reconoce «el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer las necesidades del trabajador y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo».

Así mismo, el artículo 37 reconoce el derecho a la negociación colectiva laboral.

Por su parte, los derechos laborales en el Estatuto de los Trabajadores se recogen en el artículo 4:

  • Trabajo y libre elección de prestación u oficio: Tenemos derecho a trabajar y elegir libremente nuestro oficio y dónde prestarlo (es decir, no se nos puede obligar a trabajar contra nuestra voluntad, aunque el citado artículo 35 de la CE establece que tenemos el deber de trabajar).
  • Libre sindicación: Los trabajadores pueden inscribirse en un sindicato de su elección.
  • Negociación colectiva: Los trabajadores, a través de sus representantes, pueden negociar con la empresa las condiciones de trabajo generales para toda la plantilla.
  • Adopción de medidas de conflicto colectivo: Se reconoce el derecho de trabajadores (y empleadores) a tomar medidas unilaterales de presión para conseguir una solución favorable en un conflicto laboral (por ejemplo, el derecho a huelga o el cierre patronal).
  • Huelga: Los trabajadores, como medida de conflicto colectivo, pueden ejercer su derecho a la huelga.
  • Reunión: Los trabajadores tienen reconocido el derecho de reunión en el ámbito de la empresa.
  • Información, consulta y participación en la empresa: Los trabajadores tienen derecho a ser informados y consultados sobre aquellas decisiones y cambios en la empresa que les puedan afectar, así como a participar en la discusión y toma de decisiones a través de sus representantes legales.

Así mismo, en relación al trabajo, el Estatuto de los Trabajadores reconoce también estos derechos:

  • A la ocupación efectiva: El empleador debe dar al trabajador las tareas acordadas en el contrato de trabajo.
  • A la promoción y formación: El trabajador tiene derecho a desarrollarse profesionalmente en el ámbito de la empresa y su ocupación y el empleador debe garantizarlo.
  • A no ser discriminados para el empleo o, una vez empleados, por razones de estado civil, edad, origen racial o étnico, condición social, religión o convicciones, ideas políticas, orientación sexual, identidad sexual, expresión de género, características sexuales, afiliación o no a un sindicato, por razón de lengua dentro del Estado español, discapacidad o por razón de sexo. Así mismo, tampoco se deberá discriminar a mujeres u hombres por el ejercicio de los derechos de conciliación o corresponsabilidad de la vida familiar y laboral.
  • A su integridad física y a una adecuada política de prevención de riesgos laborales: El trabajador tiene derecho a trabajar en condiciones de seguridad y es obligación del empleador garantizar dicha seguridad a través de la prevención de riesgos laborales y vigilancia de la salud.
  • Al respeto a su intimidad y a la consideración debida de su dignidad: No se debe vulnerar la intimidad de los trabajadores, respetando su derecho a la intimidad. Así mismo, se les protegerá frente al acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y frente al acoso sexual o al acoso por razón de sexo.
  • A la percepción del salario: El trabajador debe recibir una remuneración pactada en el convenio colectivo o el contrato de trabajo o legalmente establecida.
  • Al ejercicio individual de las acciones derivadas del contrato de trabajo.
  • Todos aquellos derechos que se deriven específicamente del contrato de trabajo.

Además de estos derechos básicos, los trabajadores también pueden tener derechos adquiridos, que son aquellas condiciones más beneficiosas que las establecidas por la ley, el convenio colectivo o el contrato de trabajo. Estos derechos adquiridos pueden ser decididos por el empresario de forma unilateral o mediante pacto (a través del contrato de trabajo).

Llevar estos derechos a la práctica depende tanto de los empleadores como de los propios trabajadores; los primeros deben respetarlos y garantizarlos, además de cumplir con aquellas obligaciones legales que se derivan de las leyes que los desarrollan (por ejemplo, el derecho a la integridad física de los trabajadores, requiere cumplir con la normativa de prevención de riesgos laborales). Los segundos deben conocerlos y exigir su cumplimiento cuando se vulneren o, al menos, asegurarse de que se respetan (por ejemplo, ante un despido, que este es procedente y en caso de no serlo, reclamar y solicitar la indemnización marcada por la ley).

Cómo veremos en los siguientes puntos, para ayudar a los trabajadores (y también a las empresas) en la aplicación y respeto de los derechos laborales, los abogados laboralistas son una pieza clave, tanto como asesores como en la resolución de los conflictos.

Por ello, antes de que surjan posibles conflictos y para resolver cualquier duda en torno a tus derechos laborales como trabajador, no está de más considerar encontrar tu abogado laboralista en Sevilla, Madrid, Barcelona, Zaragoza o cualquier provincia o ciudad, para tenerlo «a mano» cuando lo necesites.

¿Cómo defender los derechos laborales?

Hablar de los derechos laborales y enumerarlos nos ayuda a conocerlos como trabajadores, pero ¿cómo podemos defender nuestros derechos laborales? ¿Cómo saber si las condiciones de un contrato laboral son justas o adecuadas a la ley? ¿O si un despido es procedente o no?

Es aquí dónde entran en juego el derecho laboral y la figura del abogado laboralista; claves para entender cómo se aplican las diferentes normativas laborales y para defender nuestros derechos como trabajadores.

El derecho laboral

El derecho laboral parte, como todas las ramas del derecho, de la Constitución, y de aquellas normas específicas que lo configuran, como el ya citado Estatuto de los Trabajadores, que es la principal norma laboral en España aplicada a los trabajadores por cuenta ajena, para los empleados públicos, tenemos que dirigirnos al Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP).

El derecho laboral es fundamental tanto para regular las relaciones laborales como para entenderlas y saber qué derechos y obligaciones tienen tanto trabajadores como empleadores.

derechos laborales

La importancia del abogado laboralista

Para entender cómo se aplica la normativa laboral y para poder defender nuestros derechos como trabajadores, el papel del abogado laboralista es clave. Este profesional no solo es necesario cuando aparecen los conflictos entre trabajadores y empleadores, sino que también tiene un importante rol como asesor dentro de las relaciones laborales, ya que puede asistir en las negociaciones de convenios colectivos, asesorar en derecho laboral a nivel individual y colectivo, asesorar en la prevención del acoso laboral, asistir en la elaboración y aplicación de un plan de compliance laboral, etc.

Como trabajador, contar con el asesoramiento y asistencia de un abogado laboralista puede beneficiarnos desde el momento mismo de negociar las condiciones del contrato laboral o, como mínimo, revisar sus cláusulas, para asegurarnos de que este está dentro de los límites que marca la ley.

Así mismo, el abogado laboralista nos asistirá y asesorará en caso de despido, en el acto de conciliación, durante el proceso judicial (si se llega a ello), en caso de accidente laboral (si es necesario aclarar responsabilidades, prestaciones e indemnizaciones), si sufrimos mobbing o acoso laboral, en temas relativos a las prestaciones de la Seguridad Social (jubilación, bajas, etc.), en definitiva, contar con abogado laboralista nos ayudará a defender nuestros derechos como trabajadores, especialmente cuando estos se ven vulnerados.

Pero, cómo decíamos, no es necesario esperar a que surjan los problemas para consultar a un abogado laboralista, puesto que su labor informativa nos ayudará a adelantarnos ante posibles conflictos que puedan darse en el futuro, pero también resolver todo tipo de dudas relativas a la compensación de horas extra, los días de vacaciones que nos corresponden, cómo solicitar un aumento o cómo calcular la pensión.

¿Qué puedo hacer si no se respetan mis derechos laborales?

Aunque la ley permite afrontar muchos de los conflictos y problemas derivados de las relaciones laborales sin contar con un abogado, lo cierto es que no se recomienda enfrentar estos procedimientos sin la asistencia profesional y especializada de un abogado laboralista, dada la complejidad que pueden llegar a alcanzar y lo que nos jugamos realmente en ellos.

Ante una vulneración de nuestros derechos laborales, ya estemos hablando de un despido improcedente, un caso de acoso laboral o acoso sexual, el impago de las nóminas o la falta de protocolos obligatorios en la empresa, como son el protocolo de desconexión digital o el protocolo contra el acoso sexual y por razón de sexo, recurrir a la asistencia y ayuda de un abogado laboralista es imprescindible, tanto de cara a informarnos sobre las acciones legales que podemos tomar, como de cara a representarnos y defender nuestros intereses en caso de denuncia y proceso judicial.

Encontrar y contar con un abogado laboralista te dará la seguridad de poder defender tus derechos como trabajador ante cualquier eventualidad, además de poder resolver cualquier tipo de duda que tengas respecto a ellos y otras cuestiones laborales que te puedan afectar.

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