La compatibilidad electromagnética es un término clave a la hora de hablar sobre el funcionamiento de los equipos eléctricos y electrónicos. Pero, ¿a qué se refiere exactamente este concepto? En este artículo te lo explicamos al detalle.

¿Qué es la compatibilidad electromagnética?

La compatibilidad electromagnética (EMC) es la capacidad de un equipo/instalación/sistema eléctrico o electrónico para no provocar interferencias en otros equipos y, a su vez, no verse afectado por las perturbaciones que puedan causar otros sistemas.

Se trata de un concepto clave a la hora del diseño y comercialización de aparatos eléctricos o electrónicos, ya que es lo que permite que todos ellos puedan coexistir en un mismo entorno sin anularse unos a otros.

Normativa aplicable

La normativa sobre compatibilidad electromagnética marca los requisitos que deben cumplir los aparatos e instalaciones eléctricas y electrónicas, así como las obligaciones de los fabricantes. Veamos cuáles son las leyes que se aplican en España.

Directiva 2014/30/UE

La Directiva 2014/30/UE de 26 de febrero de 2014 sobre la armonización de las legislaciones de los Estados miembros en materia de compatibilidad electromagnética (refundición), es la normativa europea encargada de regular la fabricación, funcionamiento y comercialización de los equipos que puedan verse afectados por las perturbaciones electromagnéticas, o ser causantes de las mismas.

La Directiva de compatibilidad electromagnética armoniza los requisitos esenciales en los países de la Unión Europea para el diseño y fabricación de estos aparatos, con el objetivo de crear un marco legislativo común en el territorio europeo.

Real Decreto 186/2016

El Real Decreto 186/2016 de 6 de mayo, por el que se regula la compatibilidad electromagnética de los equipos eléctricos y electrónicos, no es más que la adaptación a la normativa española de la directiva europea. En él se detallan los aspectos básicos que deben cumplir los equipos para su comercialización en España, así como las obligaciones de los fabricantes o las sanciones en caso de no cumplir con los preceptos de la ley.

Conceptos clave 

Para entender mejor los fundamentos de la compatibilidad electromagnética vamos a hacer un repaso a los términos clave de este concepto:

  • Inmunidad electromagnética: mide el grado de rechazo o aislamiento de un equipo a las interferencias externas. Una alta inmunidad garantiza una adecuada protección del equipo, mientras que la baja inmunidad lo hace más vulnerable a las perturbaciones externas, lo cual puede provocar fallos de funcionamiento como interferencias o pérdidas de la señal.
  • Emisión: se refiere al grado de perturbaciones electromagnéticas que produce un equipo durante su funcionamiento. Unas emisiones elevadas son potencialmente más perjudiciales para el resto de equipos eléctricos o electrónicos del entorno.
  • Aparato: se denomina aparato a cualquier unidad eléctrica o electrónica destinada a un usuario final y que pueda provocar o verse afectado por las ondas electromagnéticas.
  • Instalación fija: es una combinación de aparatos o dispositivos destinados a ser usados en un lugar determinado.
  • Pruebas de compatibilidad electromagnética: también llamadas pruebas EMC, se realizan para verificar que los aparatos e instalaciones cumplen con los requisitos de la normativa sobre compatibilidad electromagnética.
  • Filtros CEM: se emplean con el objetivo de reducir los niveles de emisiones de los aparatos eléctricos o electrónicos.

Obligaciones de los fabricantes

Tanto la directiva europea como la normativa nacional establecen una serie de requisitos y obligaciones para los fabricantes a la hora de comercializar sus productos:

  • Garantizar que han sido diseñados de acuerdo a los requisitos esenciales que marca esta normativa.
  • Incluir la documentación técnica requerida y llevar a cabo el correspondiente proceso de evaluación de conformidad, obteniendo el marcado CE.
  • Guardar la documentación técnica durante 10 años tras la comercialización del aparato.
  • Asegurar que la producción en serie de los aparatos puede adaptarse a la normativa vigente. Se han de tener en cuenta las posibles modificaciones en el diseño y características de los aparatos, así como los cambios que se pudieran producir en la normativa.
  • Asegurar que todo aparato introducido en el mercado incluya un numero de serie, de lote o cualquier otro elemento identificativo. En caso de que el tamaño del aparato no lo permita, esta información deberá incluirse en el embalaje o en un documento.
  • Indicar el nombre del aparato, su nombre comercial o marca registrada y la dirección de contacto, ya sea en el propio aparato, en el embalaje o en un documento aparte. La dirección de contacto ha de estar en castellano.
  • Garantizar que el aparato incluye las instrucciones pertinentes. Estas deben ser claras, inteligibles y fácilmente comprensibles.
  • En caso de que los fabricantes tengan motivos para pensar que el aparato no cumple con los requisitos establecidos por la normativa, deberán retirarlo del mercado con el objetivo de adoptar las medidas correctoras pertinentes.
  • Si el aparato presenta algún tipo de riesgo, los fabricantes deberán informar al Ministerio de Industria, Energía y Turismo para los equipos de telecomunicación y a las comunidades autónomas para el resto de los aparatos, quienes emitirán una valoración sobre la conformidad o no conformidad e indicarán las medidas correctoras necesarias.
  • Antes una solicitud del Ministerio de Industria, Energía y Turismo o de las comunidades autónomas, los fabricantes han de facilitar toda la información requerida, ya sea en formato físico o electrónico, con el objetivo de demostrar la conformidad del aparato con los requisitos de la normativa.

Certificado de compatibilidad electromagnética

Para demostrar la compatibilidad electromagnética y seguridad funcional en sistemas electrónicos es necesario contar con un certificado CE. Para obtenerlo, el aparato, equipo o instalación ha de pasar las pruebas EMC pertinentes para garantizar que no causará interferencias en los equipos presentes a su alrededor.

La certificación de EMC se debe realizar en alguno de los agentes u organismos autorizados por la UE, y da fe de la idoneidad de los equipos para su uso, incluso en presencia de campos o perturbaciones electromagnéticas.

La normativa estipula que el marcado CE ha de obtenerse antes de la comercialización del aparato. Asimismo, debe colocarse de forma visible y legible en el propio aparato o, en caso de que no sea posible, en su embalaje o en un documento aparte.

La Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información del Ministerio de Industria, Energía y Turismo se encargará de la correcta aplicación del marcado CE y adoptará las medidas sancionadoras pertinentes en caso de usos indebidos del mismo.

Fuentes de ondas electromagnéticas

En el entorno existen una gran cantidad de aparatos y equipos eléctricos o electrónicos funcionando simultáneamente y que son susceptibles de crear interferencias o perturbaciones.

Las fuentes de ondas electromagnéticas pueden ser de origen natural o artificial, y también se pueden dividir entre intencionadas y no intencionadas.

Por ejemplo, los rayos provocados por una tormenta son una fuente de ondas electromagnéticas naturales y no intencionadas. Sin embargo, los radares de la DGT serían una fuente artificial e intencionada.

Dentro de las fuentes de ondas electromagnéticas intencionadas también se pueden citar los teléfonos móviles o los emisores de radio y TV. Entre las no intencionadas estarían los contactores, relés o variadores de velocidad/frecuencia.

¿Por qué la compatibilidad electromagnética es tan importante?

La compatibilidad electromagnética es fundamental debido al gran aumento de equipos eléctricos y electrónicos, tanto en el ámbito doméstico como en el industrial.

A su vez, estos equipos son cada vez más grandes y complejos, por lo que es necesario limitar sus niveles de emisiones.

Por otro lado, las nuevas frecuencias de trabajo de los equipos obligan a establecer una normativa clara al respecto y a garantizar que no interfieren en las frecuencias de otros aparatos del entorno.

En definitiva, la compatibilidad electromagnética es lo que permite que todos los sistemas eléctricos y electrónicos de nuestro entorno funcionen de forma armónica,

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