Esta semana se celebran en Madrid las pruebas externas para alumnos de 3º y 6º de primaria e incluyen preguntas personales para los alumnos y sus familias. La recogida de esos datos se va a hacer mediante un procedimiento que se salta varios puntos de la Ley de Protección de Datos ya que no garantiza el anonimato de las respuestas y es por ello que se ha denunciado ante la Agencia Española de Protección de Datos.
Junto a evaluaciones en lengua castellana e inglesa, en matemáticas y en ciencia y tecnología, los cuestionarios a las familias pretenden dibujar el contexto socioeconómico y cultural de los centros escolares. El cuestionario contiene preguntas como a qué se dedican los padres, si trabajan o están en paro, si hacen los deberes con sus hijos o cuántos libros hay en el hogar.
Los cuestionarios, según las instrucciones que la Consejería de Educación ha entregado a los centros, llegan a los colegios en formato digital. Allí se imprimen y se hacen llegar a las familias, que deben encabezar los impresos con un número (otorgado por el colegio) que identifica al alumno en cuestión. En el momento en que los datos son identificables, ya no son anónimos y por ello se considera que vulnera lo previsto en la LOPD.
Este proceso no cumple las medidas elementales de privacidad, confidencialidad, seguridad y anonimato que ampara la Ley. Además, al tratarse de información sobre menores, los padres deben dar su consentimiento explícito y se debería informar a las familias del destino, uso, cesión de los datos obtenidos y, entre otras medidas de seguridad, deberían crearse ficheros específicos declarados ante la Agencia de Protección de Datos y establecer un responsable de esos ficheros.
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