La nueva normativa sobre Protección de datos establece mayores garantías para proteger nuestra información personal en Internet. Por eso cada vez abundan más los mensajes en las páginas web de «He leído y acepto», «Acepto las condiciones de uso del servicio y la política de privacidad«, » Tu privacidad nos importa mucho», etc.
Sin embargo, la privacidad en internet está en ocasiones comprometida y la normativa de Protección de datos no nos protege de nosotros mismos, según consideran los expertos.
Ya que habría que saber si el usuario es totalmente libre cuando acepta esa política de privacidad, puesto que, en caso de no aceptarla, no podrá acceder a los contenidos ofrecidos por la app móvil o la página web.
Políticas de privacidad oscuras e inaccesibles
Ya hace un año desde que comenzó a aplicarse en España el RGPD, creado por la UE para aumentar el control que las personas tienen sobre sus propios datos y para unir las distintas leyes de los Estados miembros en la materia.
Esta norma fue completada en nuestro país con la nueva LOPDGDD, que incluye además una lista de derechos digitales, como el derecho al olvido en Internet, la desconexión digital o la neutralidad de la red.
La conclusión después de transcurrido este año es que existe una mayor protección de los datos personales pero que queda mucho aún por hacer.
Existen muchas lagunas en esta normativa, como los medios para frenar el ansia de muchos partidos políticos y empresas por recoger y rastrear nuestros datos personales.
El RGPD se aplica a empresas que prestan servicios de Internet desde países que no se encuentran dentro de la UE y, por tanto, el tratamiento de los datos personales es efectuado fuera de este territorio.
Muchas de estas empresas tienen en sus webs políticas de privacidad que no son claras y son bastante inaccesibles para los usuarios. Por eso adjuntamos un modelo con una política de privacidad clara y concisa, lista para usar.
Pero no solo las empresas tienen responsabilidad. Los usuarios deben ser conscientes de los riesgos que puede ocasionarles el tratamiento de sus datos, sobre todo respecto a la elaboración de perfiles sobre sus costumbres y usos de navegación. Y deben saber cómo ejercer sus derechos.
Los expertos en la materia consideran que las leyes de Protección de datos lo que protegen es la libertad de poder hacer lo que queramos con nuestros datos. Y que otorgamos nuestro consentimiento muy a la ligera.
La mayoría de las páginas web nos informan sobre el uso de cookies para personalizar la publicidad y los contenidos. Y casi todas las aplicaciones móviles nos piden permisos para acceder a los contactos, ubicación o fotografías de nuestro teléfono. Pero es necesario aclarar qué usos son legales y cuáles no e imponer sanciones en casos de usos indebidos, no solo basándose en el RGPD, sino también en el Código Civil e incluso en el Código penal.
Arriesgamos los derechos de terceros
Cuando permitimos que una aplicación móvil acceda a nuestras fotografías o a los contactos del teléfono estamos poniendo en peligro datos de terceros sin informarles de ello y sin solicitar su consentimiento.
Incluso cuando etiquetamos a una persona en una red social estamos facilitando su identidad de manera que puede ser reconocida en todos los vídeos o fotografías en los que aparezca, aunque ella no use esa red social.
Los datos son cada vez más valiosos por lo que cada vez es mayor el interés existente de recopilar la mayor cantidad de datos posible. Y para hacerlo se utilizan procedimientos y mecanismos que se encuentran al margen de la ley y el usuario lo desconoce.
El RGPD no es igual que el Código penal, no protege frente a actos ilícitos. Pero sí otorga a todas las autoridades de Protección de datos de los Estados miembros idénticas funciones de investigación e inspección. Y también la misma AEPD cuenta con un régimen sancionador.
Actualmente, en caso de tratamiento ilícito de nuestros datos personales, tenemos mayores opciones de protección. Pero para ello, es importante que las administraciones se responsabilicen en la investigación de las páginas web y aplicaciones que utilizan los ciudadanos.