Internet, como bien sabéis si habéis leído otros de nuestros artículos, no se ha librado de las estafas y a parte de los intentos de phishing, tiendas fraudulentas y timos online, también se producen estafas a través de transferencias bancarias. En este artículo veremos qué se entiende por transferencia bancaria fraudulenta, qué tipos son los más frecuentes y cómo reaccionar frente a ellas para evitarlas.
A qué nos referimos con transferencias bancaria fraudulenta
Una transferencia bancaria fraudulenta es un tipo de estafa que puede producirse a través de Internet y que usa la transferencia bancaria como método para hacerse con nuestro dinero. Existen diferentes tipos de estafa a través que emplean la transferencia fraudulenta y afectan tanto a particulares como a negocios online.
Desde pagos supuestamente legítimos hechos a personas que se hacen pasar por otras empresas, hasta supuestos ingresos de dinero por transferencia a nuestras cuentas, el objetivo de los estafadores es hacerse con parte de nuestros fondos de forma rápida y desaparecer o conseguir llevarse uno o varios artículos gratis.
Algunos tipos de fraudes con transferencias y cómo funcionan
Aunque las medidas de seguridad para pagos a través de Internet han ido aumentado y reforzándose con el tiempo y las transferencias bancarias son un método de pago bastante seguro gracias a los datos bancarios de la entidad que se deben cumplimentar para hacer un pago, lo cierto es que todavía se producen fraudes que aprovechan la popularidad de este método de pago para bien robar dinero a sus víctimas, o bien para hacerse con productos en comercios electrónicos sin pagar por ellos.
A continuación vamos a ver algunos de los fraudes a través de transferencia bancaria más habituales y cómo funcionan, para que podáis identificarlos y evitarlos.
Un desconocido quiere darme dinero
Esta estafa mediante transferencia bancaria fraudulenta suele tener como objetivos autónomos y profesionales que promocionan su negocio a través de una página web. Un día reciben un email haciéndoles un encargo, sin embargo, la persona que les hace el supuesto encargo, tiene una pequeña deuda pendiente con un tercero (que debe facilitarles algún material para llevar a cabo el encargo), por lo que les piden, para agilizar las cosas, que hagan ellos ese pago, de manera que les ingresarán en su cuenta el dinero acordado por el encargo, la cantidad de la deuda y una cantidad más por las molestias.
La transferencia ocurre y en la cuenta del profesional o autónomo aparece el dinero ingresado para cubrir todos los gastos. El profesional, confiado, realiza el pago por transferencia de la deuda a ese tercero (del que el estafador ha facilitado los datos). Sin embargo, unos días más tarde, se denuncia el robo de la tarjeta con la que se hizo la transferencia original o se cancela la transferencia, de manera que el banco anula ese pago que recibió el profesional, revirtiéndolo todo, el dinero acordado por el encargo y la cantidad para la deuda. Pero, y es aquí donde está el problema, el dinero que el profesional transfirió a ese tercero no se devuelve, porque esa operación sí fue legítima. Así el profesional pierde la cantidad que supuestamente era para cubrir la deuda.
Así que en este caso, el fraude consiste en hacer pagar una supuesta deuda a un tercero usando a la víctima como intermediario. Cuando se cancela la transferencia hecha por el estafador, la víctima ve restado el dinero de su cuenta y el dinero que transfirió en «nombre del estafador» perdido sin posibilidad de recuperarlo.
Fraudes de pago autorizado
Los fraudes de pago autorizado o Authorized Push Payment (APP) se dieron a conocer en Reino Unido, pero se han extendido allí donde es posible realizar un pago por transferencia en tiempo real, es decir, pagos que se hacen efectivos en el acto (lo habitual es que un pago por transferencia tarde entre unas 24 y 48 horas en aparecer en la cuenta del destinatario).
Los fraudes de pago autorizado emplean la ingeniería social para llevarse a cabo, de manera que el estafador, tras estudiar a sus víctimas potenciales, obtener información de ellos, se hace pasar por un servicio legítimo con el que las víctimas tienen algún pago pendiente.
Por ejemplo, has hecho una reforma en casa y al email te llega una factura con el logo y datos legítimos de la empresa que te ha hecho el trabajo, así que realizas la transferencia al número de cuenta que aparece en la factura, sin embargo, unos días después, quizás cuando la empresa auténtica se ponga en contacto contigo sobre el pago, descubres que has pagado a una cuenta que no es de la empresa. Al tratarse de un paco autorizado, no podrás cancelar la operación, aunque actualmente, hay bancos que han empezado a restituir las cantidades estafadas a sus clientes a través de este método.
Las estafas que emplean la ingeniería social son difíciles de prevenir, puesto que el estafador se hace pasar por una entidad legítima, por lo que hay que tener especial cuidado con no compartir datos con nadie, aunque insistan en ello.
Transferencias ilegítimas
Las transferencias ilegítimas utilizan un malware que suplanta la página de banca online de tu banco habitual. En esta página falsa, que se parece completamente a la página legítima de tu servicio de banca online, aparece un mensaje nada más entrar, diciéndote que has recibido una transferencia por error en tu cuenta y te invita a devolver el dinero.
Si hacemos clic en el enlace del mensaje para hacer la devolución, lo que estaremos haciendo es que se ejecute una transferencia ilegítima con cargo a nuestra cuenta, dinero que perderemos sin poder recuperarlo.
Así que si veis aparece un mensaje de transferencia errónea nada más entrar a vuestra página de banca online, sospechar de la legitimidad de la página, revisar la barra de direcciones del navegador y comprobad si es falsa y, sobre todo, no pinchéis en ningún enlace.
La transferencia recibida es «errónea»
Este fraude a través de transferencia bancaria se aprovecha de la honradez de la gente y, en muchos casos, del desconocimiento de los riesgos en Internet. Y su funcionamiento es bastante sencillo.
Un día recibimos una transferencia de dinero en nuestra cuenta, normalmente se trata de una pequeña cantidad de dinero. A continuación, recibimos una llamada o un mensaje de texto en el que una persona nos asegura que nos ha hecho la transferencia por error y nos pide que se lo devolvamos.
Si picamos en el cebo y devolvemos el dinero supuestamente ingresado por error, a los pocos días, la transferencia original se cancelará (de forma similar a la primera estafa que hemos visto), de manera que habremos perdido el dinero que honradamente habíamos devuelto.
¿Cómo actuar si formas parte de alguna de las estafas con transferencias bancarias fraudulentas?
Si habéis sido objetivo de una de estas estafas de transferencias bancarias fraudulentas, lo que mejor podéis hacer es no hacer nada con ese dinero, especialmente en el caso de que hayáis recibido una transferencia de dinero de un desconocido o través del primer método que hemos visto en este artículo.
Lo siguiente es bloquear a clientes sospechosos o que os propongan hacer de intermediarios para pagar a un tercero en su nombre. También debéis reportar la transferencia fraudulenta a vuestro banco, para que explicar lo sucedido. Y no os gastéis el dinero transferido, porque el estafador lo tratará de recuperar bien anulando la transferencia o incluso recurriendo a la vía legal.
En caso de ser víctimas de una estafa de transferencia ilegítima, revisar vuestro ordenador en busca de malware y denunciarlo ante la policía.