Son el tema del momento en el mundo digital y de los criptoactivos; hablamos de los NFT (non fungible tokens), que tanto revuelo están provocando actualmente con ventas millonarias de arte digital, crítica por el gasto energético que suponen y el peligro de convertirse en la nueva burbuja especulativa. En este artículo explicamos qué son los NFT, cómo funcionan y por qué parecen estar en boca de todos.
¿Qué son los NFT? Su significado
NFT se corresponde a las siglas «non fungible token», que podemos traducir como «token no fungible» o «activo no fungible», o, lo que es lo mismo, el significado de NFT quiere decir que se trata de un activo que es único, no se puede modificar y no se puede intercambiar por otro de igual valor, porque no existiría uno igual. Y estos activos son, además, digitales, es decir, que no tienen correlación en el mundo físico (aunque en ocasiones es posible que la tengan).
Para entenderlo mejor, un NFT sería como una obra de arte única, por ejemplo, El David de Miguel Ángel, solo hay uno y está en la Galería de la Academia de Florencia; si alguien quisiese tener ese David en concreto, debería comprarlo (si estuviese a la venta) o hacerse con una copia, en cuyo caso, ya no estaríamos hablando del original, que es lo que dota de valor a la escultura.
Con los NFT pasa igual, se trata de un activo digital único, que aunque puede copiarse, quien posee el NFT posee el original, funcionando como una suerte de certificado de autenticidad y contando con los derechos que su adquisición lleve aparejados.
¿Cómo funcionan los NFT?
Para poder comprender mejor qué es un NFT, debemos ver cómo funcionan y qué los hace posible.
Cualquier contenido digital puede tokenizarse, es decir, gracias a la tecnología blockchain y los contratos inteligentes (smart contract) puede dotarse de una serie de metadatos que garantizan su autenticidad, identifican a su autor, su valor de partida y de adquisición y todas las transacciones que ha vivido desde su creación (desde quién lo ha creado, quién lo ha tokenizado y quién, dónde y por cuánto se ha vendido).
Como decíamos, al tokenizar un contenido digital (puede ser un archivo JPEG, un meme, un ebook o incluso un twitt), se crea un certificado digital de propiedad y autenticidad, que indica que ese contenido es único y que los derechos de propiedad los tiene la persona que lo ha adquirido (es importante no confundirlo con los derechos de autor, que seguirán en posesión del autor de la obra).
En ese sentido, los smart contracts de los NFT pueden servir a diferentes propósitos, por ejemplo, asegurar para el artista original una parte de los beneficios que se puedan producir por una venta del token futura.
Estos activos digitales se compran y venden en markets de NFT, donde sus creadores o vendedores (no siempre coinciden) los ponen a la venta por precios fijos o mediante subastas.
Características principales de los NFT
La principal característica de los NFT es que son activos digitales, es decir, no se trata de objetos reales y tangibles, que podemos tener en nuestras casas, sino piezas de contenido digital que quedarán almacenadas en un servidor.
Aunque lo que los ha puesto de moda es que se trata de contenidos, obras u objetos digitales únicos, también existen NFT no únicos, como en el caso de los juegos de cartas digitales o de coleccionables basados en esta tecnología, como Top Shot de la NBA o Worlds Apart de Doctor Who, donde hay diferentes rangos de valor para cada NFT basado en su rareza y exclusividad (por ejemplo, puede que de una carta en concreto solo exista un NFT y por tanto su valor sea mayor y pueda incluso incrementarse con el tiempo).
Los NFT están basados, como decíamos en la tecnología blockchain, que permite su trazabilidad y hace que no puedan ser (en teoría) falsificados o hackeados, ya que la cadena de bloques está descentralizada y mantenida por cientos de ordenadores (usuarios) en todo el mundo. Esa misma tecnología es la que permite su creación, compra y venta.
Se basan en dos estándares, el ERC-721 original de Ethereum, donde comenzaron a moverse los NFT, y el más actual ERC-1155 (también dentro de Ethereum), que permite trabajar con varios tokens a la vez a través de un solo smart contract, a diferencia del original, que exige un contrato inteligente para cada token.
¿Por qué son tendencia en 2021?
Pese a que ahora es cuando más estamos oyendo hablar de ellos, los NFT existen desde 2017, cuando se lanzó el primer NFT, CryptoPunks (de Larva Labs), seguido un poco más tarde por CryptoKitties, que llegó a hacerse viral y recaudar más de 12 millones de dólares.
Sin embargo, han retomado la popularidad en 2021 porque en marzo de este año, la galería Christie’s subastó la obra digital Everydays – The First 5000 Days, del artista Beeple, por 69 millones de dólares. O porque el primer tweet de la historia se vendió por 2,5 millones de dólares.
De repente, los NFT están boca de todos y se discute sobre ellos, sobre su utilidad, sobre la especulación que se está generando en torno a ellos, sobre el impacto ambiental que tienen (se necesitan muchos recursos energéticos para su creación y su transacción) y sobre hasta qué punto son una forma legítima para los artistas de vender sus obras digitales y tener control sobre el precio que les ponen.
Igual que ocurrió con el Bitcoin en su momento, está ocurriendo ahora con los NFT, son el tema de moda, no están exentos de polémica y en el mundo del NFT art o arte basado en los NFT están creando bastante revuelo.
Son tendencia también porque se empieza a discutir su utilidad más allá del coleccionismo, el arte y la especulación económica en torno a ellos; ¿pueden ser una forma de certificar el origen de productos físicos? ¿Se pueden utilizar como forma de gestionar la identidad desde cualquier lugar del mundo aplicándolos a los pasaportes o los documentos de identidad?
¿Estamos ante una nueva burbuja?
Sin embargo, puesto que lo que los ha hecho tendencia ha sido las ventas millonarias de NFT, no son pocos los que piensan que estamos ante una nueva burbuja, donde hay gente adquiriendo NFT con la idea de venderlos a mayor precio en el futuro, basándose en esa característica única y original del NFT.
Pero la realidad es que todavía estamos ante un mercado relativamente pequeño y muy joven, donde no hay muchos actores, que no está regulado y en el que la incertidumbre es mucha, empezando por el hecho de que al ser contenido digital e intangible, que queda almacenado en un servidor, si este desaparece, ¿qué ocurre con los NFT allí contenidos y el dinero invertido en ellos?
Por no mencionar que estamos ante un mercado donde, ahora mismo y fuera de los juegos de cartas o coleccionables de carácter oficial, impera la especulación.
Si bien, tampoco podemos dejar de mencionar que en el mundo del arte digital, los NFT se están convirtiendo en una forma relativamente segura para los artistas de hacer dinero y controlar los derechos de sus obras. Por ejemplo, en MakersPlace, un marketplace de NFT, podemos ver cientos de NFT de obras digitales a la venta. En este caso el NFT funciona como certificado de autenticidad y originalidad y otorga derechos no comerciales (es decir, no de explotación) sobre la obra adquirida.
Evidentemente, nada impide que alguien copie una obra digital y la suba a su propio blog o web (nada, salvo los derechos de autor, se entiende), pero al adquirir el NFT, estás adquiriendo la obra firmada por el autor y los derechos de propiedad sobre ella. Ciertamente, no deja de ser un elemento digital no tangible, que suscita las dudas que hemos mencionado antes.
La compra y venta de NFT
Ahora que ya sabemos lo que es un NFT y, a nivel básico, cómo funcionan, ¿cómo es el proceso de compra? ¿Dónde se pueden adquirir? ¿Cómo se pagan?
Para comprar NFT hay que acudir a un marketplace de NFT, como el citado MakersPlace, Niftygateway o Valuable. En estos sitios encontraremos artistas o creadores de NFT que los ponen a la venta, pero también dueños de NFT que comercian con ellos.
Las ventas pueden producirse a precios fijados por el propietario del NFT o a través de subastas (un medio bastante más popular por lo que hemos podido ver y que contribuye a ese «miedo» de estar ante una nueva burbuja especulativa). Aquí se paga en criptomonedas, la más habitual es Ether, pero no es la única criptodivisa que se puede usar, por lo que es necesario contar con una Wallet o monedero de criptomonedas para poder llevar a cabo las transacciones.
En el caso de productos oficiales, como los que ya hemos mencionado antes, estos cuentan con su propio market de venta y facilitan un poco más el proceso de compra, ya que se puede efectuar mediante tarjeta de crédito y no necesariamente con criptomonedas. En ese sentido, es evidente que este tipo de NFT coleccionables o más orientados a los juegos o videojuegos, están pensados para alcanzar a un público más general.
¿Qué valor tienen?
El valor del NFT lo marca su creador o aquella persona que ha tokenizado un contenido digital y puesto a la venta.
No podemos decir que hay un valor fijo para vender NFT y, cómo ya hemos dicho, la especulación parece sobrevolar sobre ellos actualmente.
En coleccionables como el de la NBA o Doctor Who que mencionamos antes, cuentan con unos precios fijos basados en la rareza de cada clip de jugada o de cada carta y en la cantidad de «copias» iguales que existen. Pero una vez comprados, la persona que los posee puede ponerlos el mismo a la venta por un valor mayor; por ejemplo, si ha adquirido una carta muy rara o única, podría venderla (o intentarlo, al menos) por un precio mucho más alto al que la compró. El NFT es suyo (recordamos que da derechos de propiedad) y por tanto puede hacer con él lo que quiera, incluido venderlo.
Así que podemos encontrar NFT por precios baratos y otros por precios mucho más altos. Podemos recurrir a páginas como Coinranking o Binance y sus apartados sobre NFT para conocer el valor de estos token.
¿Dónde se «guardan» los NFT?
Lo hemos ido mencionando ya; los NFT se «guardan» en el servidor del market de NFT donde se haya adquirido. El NFT es, al final, un archivo alojado en los servidores del marketplace.
Riesgos de los NFT
Como hemos visto cuando hemos hablado de que los NFT pueden ser una nueva burbuja, no están exentos de riesgos, el primero de ellos precisamente, la especulación que están generando y que puede acabar por desvalorizarlos completamente en el futuro o reducir mucho el valor actual que tienen ahora.
Otro riesgo está en el hecho de que no están, de momento, regulados por ninguna normativa específica, lo que supone un problema de inseguridad jurídica en caso de disputas, robos o estafas.
Y, hablando de estafas, ya se han reportado los primeros casos de estafas con los NFT, especialmente casos de phishing, venta de obras falsas (con Bansky de protagonista) o falsas promociones destinadas a robar las criptomonedas de sus víctimas.
El hecho de que queden guardados en un servidor asociado al market en el que se ha adquirido o a uno en el que lo hayamos alojado nosotros (como puede ser OpenSea), plantea dudas sobre qué ocurrirá si el servidor o la empresa detrás del mismo quiebra y desaparece, ¿perderemos el NFT y el dinero invertido en él? No dejan de ser objetos digitales que existen solo en forma de datos alojados en un sitio de la Red.
Algunos ejemplos de NFT
Ya hemos visto algunos ejemplos de NFT a lo largo de todo el artículo, como la obra de Beeple, ese primer tweet o los coleccionables de la NBA. Pero aquí van algunos más:
- NFT del meme Nyan Cat vendido por más de 700.000 dólares.
- NFT de la primera portada de la revista Time, actualmente en subasta.
- NFT de la antología de terror Killroy Was Here del cineasta Kevin Smith, actualmente a la venta.
- NFT Vic Rattlehead: Genesis de Megadeth, una imagen del logotipo de la banda y su mascota en movimiento, vendida por 18.000 dólares.
NFT vs. Criptomonedas, diferencias
Al comienzo dijimos que los NFT son un tipo de criptoactivo, puesto que tienen un valor en criptomonedas y funcionan de forma muy parecida a estas. Aun así, hay algunas diferencias que merece la pena señalar.
La primera está en el nombre, los NFT son no fungibles, es decir, que a diferencia de las criptomonedas, que son fungibles, no se pueden sustituir por otro token idéntico y con el mismo valor. Para entendernos, 10 Bitcoin o 10 Ether valen lo mismo que 10 Bitcoin o 10 Ether, aun cuando cambian de manos (sin entrar en su valor al cambio en otras divisas). Pero un NFT de una obra de arte digital es único y su valor no puede ser equivalente al de otra obra de arte digital diferente, porque no son lo mismo.
La segunda es que los NFT son indivisibles; el NFT se adquiere entero y no puede dividirse, como sí ocurre con las criptomonedas. Es decir, puedes comprar un NFT y vender ese mismo NFT, pero no su mitad. Sin embargo, puedes comprar 1 Bitcoin y venderlo en dos partes, 0,5 Bitcoins cada una.
Finalmente, las criptomonedas son un tipo de divisa digital, que puede comprarse, venderse o minarse. Los NFT no son divisas, sino activos digitales y, sí, puede comprarse y venderse, pero no minarse. Ahora, lo que sí puede hacerse es crear un NFT o tokenizar un contenido digital.
En resumen, los NFT son tendencia y parece que van a seguir siéndolo un tiempo, puesto que están generando no pocas dudas, hype y polémica a su paso. Sin embargo, habrá que esperar hasta que todo este revuelo pase y las aguas se calmen, para saber si han llegado para quedarse o son solo una moda pasajera.